Los eventos que están ocurriendo en el Medio oriente amenazan a estancar la economía en vías de recuperación debido al impacto en el precio del petróleo causado por la inestabilidad política de la región. Después de décadas de mandato corrupto y dictatorial los sheiks petroleros enfrentan la crisis más grande desde la guerra con Israel en 1967, y por primera vez su legitimidad es cuestionada por el hombre común. Lo que comenzó con el acto suicida de un agricultor que se inmoló en protesta contra la confiscación de sus productos por el gobierno, se ha convertido en una verdadera lucha por liberación y libertad en un área del mundo que nunca ha conocido la democracia. ¿Pero fue la muerte de un individuo lo que propulso a miles a lanzarse a las calles o hay algo más insidioso y generalizado en todo el mundo?
Aun cuando nuestra atención está centrada en Libia, Egipto y Tunisia hay una gran cantidad de disturbios ocurriendo en las plazas centrales de ciudades a través del mundo. La política no es la misma pero es basada en lo mismo, esto es la inhabilidad del gobierno de poder cumplir con las promesas que se hicieron durante tiempos mejores. Desempleo, inflación y degradación de la riqueza son la regla no la excepción. Con esto como medida de inestabilidad entonces tenemos que añadir a la lista a casi todas las naciones desarrolladas del mundo tal como los trabajadores públicos en Grecia, Francia, España, Irlanda y Wisconsin quienes han visto su destino alterado por la crisis económica de esta generación. Maestros en Providence, Central Falls y Nueva Jersey se enfrentan a la realidad de que sus empleos antes considerados permanentes con retiros asegurados, ahora se ven como recuerdos de un tiempo pintoresco. Hasta los empleados privados ya no pueden contar con un trabajo en la misma firma por toda una vida y el retiro como era el caso en los años cincuenta, y hasta el seguro social no es seguro.
La miseria no le gusta estar sola y cuando el mundo enfrento la última depresión era evidente que todos estábamos en el mismo bote. Hoy día estamos presenciando los niveles más altos de desigualdad económica desde el principio del siglo veinte y hasta parece ser que la recesión no toco a los ricos los cuales aumentaron su porción del ingreso bruto del país durante la crisis. En el tiempo de los Rockefellers y los Vanderbilts, los que construyeron las famosas mansiones de Newport, el tope 1% de la población acaparaba el 18% del ingreso anual del país. Hoy día el mismo grupo se asigna el 24%. Los banqueros que causaron la crisis de las viviendas ya se han recuperado aun cuando la clase trabajadora ha visto su riqueza disminuir, bajando el valor de las casas(si no la perdiste) y la pensión. Las promesas rotas del gobierno están augurando una nueva era de descontento de la cual solo hemos visto un presagio. Como dijo Alan Greenspan “Esto no es el tipo de cosa que una sociedad democrática, una sociedad capitalista democrática, puede aceptar sin manejarse”